Son muchas las
gotas de agua que llenaron el caudal que hoy se abre paso entre la tierra de mi
privacidad, para convertirse en un riachuelo de expresiones, en un manantial de
sentimientos y que a la final no serán mas que el torrente propio de mis vivencias
(y de las prestadas) que mantendrán vivo este rio que se formo casi sin darme
cuenta.
Ya llevan su tiempo
varios de los que me conocen, que tal vez al identificarse más con la libertad
a medias de la 2.0 me intentaron motivar con la frase “pero ábrete un blog”
(versionada de acuerdo al personaje) y en ese momento parecía buena idea pero
no me hacía click… Y es que yo, como muchos de nosotros, soy así, si no hay una
convicción que me apasione, no hay motivo alguno para decir que si, o hacer tal
o cual cosa solo por complacer mi yo social tiendo a guardarlo en la gaveta de
pendientes..
Pero no le quitare
mérito al que lo tiene, si mis palabras servirán para que alguien reflexione
sobre sus problemas, ya sea porque se identifique con ellos o porque pueda notar
que otros la pasamos peor y se está “ahogando en un vaso de agua” pues aquí las
dejaré.. Sucederá que no las consiga nadie y esto se convierta en el Querido
Diario que jamás llené, aquellos libritos con candado que abría con gancho de
pelo, que por esa seguridad tan vulnerable eran conservados en su caja y
dispuestos por mi vieja para ser regalados a niñas de mi edad que espero le
hayan dado mejor uso, o uso alguno si a ver vamos.
El meollo de esta
verborragia es que al fin me decidí a plasmar mis ideas en letras, y entonces,
tal como en la cabeza de quien tanto piensa, se conseguirán con mis desahogos,
con mis errores, con mis hallazgos, con mi sobreanálisis casi enfermizo del
vivir de cada quien. Cada una de esas facetas son símil a cada gajo de un cítrico,
y entre ellos escogí la mandarina, porque tal como ella algunos son jugosos,
otros secos, otros ácidos y algunos muy dulces, por eso bauticé este rincón así
Es mi más humilde
deseo que al que tenga el tino de acceder no se aburra, la verdad espero sacar
una sonrisa, y hasta esa carcajada espontánea cuando el lector entrevea que
estoy loca… tan loca como el próximo de la cola… porque en eso si estoy clara,
todos estamos locos, la diferencia es que quienes llegamos a reconocerlo y lo
vemos como virtud, disfrutamos vivir…
Bienvenidos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario